Un total de 15 personas de Allo, Sangüesa / Zangoza y Falces han participado en el programa de emprendimiento contra la despoblación Navarra Rural Lab, promovido por el Gobierno foral en el ámbito de la Comisión Interdepartamental de Lucha contra la Despoblación.
Dentro de la iniciativa se han desarrollado varias ideas de negocio, de las que se ha puesto en práctica en Falces un servicio de entretenimiento en formato de ‘scape room’ al aire libre, con la particularidad de su adaptación a las restricciones derivadas del COVID-19.
El programa persigue fijar población, esencialmente joven, en territorios en riesgo de despoblación. Las tres zonas en las que se ha desarrollado la iniciativa han sufrido en los últimos años un importante proceso de descenso de habitantes, con una pérdida de uno de cada tres de sus vecinos o vecinas. Las 17 localidades de la Comarca de Sangüesa han sufrido una pérdida del 33% de sus habitantes, pasando de 14.243 personas censadas en la década de los 60 a 9.587 personas a día de hoy; Allo ha pasado de 1.473 vecinos en los años 60 a 968 en la actualidad (-34%) y en el mismo periodo de tiempo Falces ha descendido de los 3.560 habitantes a 2.315 censados actualmente (-35%).
La iniciativa, promovida por la Dirección General de Administración Local y Despoblamiento, el Servicio Navarro de Empleo (SNE-NL) y el Observatorio de la Realidad Social, se ha dirigido prioritariamente a personas desempleadas. Ha contado con la participación de 15 personas, con una media de edad de 40 años y distribuidos entre las tres demarcaciones: 8 participantes de la zona de Allo, 2 de Sangüesa y 5 de Falces.
Diversas ideas de negocio
Las y los participantes han trabajado, de manera remota, habilidades para iniciar nuevos modelos de emprendimiento desde tres perspectivas: emprender para generar negocios; emprender para mejorar las posiciones laborales dentro de la empresa o emprender para aportar innovación social y liderazgo en el territorio. Para ello, han contado con herramientas personales e instrumentales.
Los responsables del programa destacan que la situación propiciada por la crisis sanitaria del COVID-19 y los posteriores rebrotes, supuso la readaptación y reajuste del programa, transformando un proyecto a priori totalmente presencial a un programa virtual en remoto íntegramente. “Se asumió este desafío como un reto y aunque no fue fácil, sobre todo, por las reticencias iniciales de las personas participantes, se ha demostrado una eficiente adaptación a los cambios con el paso de la formación presencial a la formación en remoto”, indican.
“Además –añaden- la posibilidad de realizar el programa de manera virtual, ha permitido a las personas participantes una mayor flexibilidad para formarse, la eliminación de barreras geográficas y el acceso a las sesiones de manera más personalizada”.
En los 2 meses de duración del programa, se ha trabajado en dos grupos de trabajo, que desde su inicio han ido generando ideas. Durante las sesiones de coaching y asisstant coaching, estas ideas se han ido validando, descartando y transformando, a medida que las personas participantes han ido adquiriendo también conocimientos en los diferentes talleres formativos. Han podido aplicar las metodologías enseñadas, lo que les ha ayudado a dar forma a sus ideas.
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